Fantasia Concertante 1968 Ver más grande

Fantasia Concertante 1968

DE540

Esta Fantasia Concertante de F. Fleta Polo, presentada en un único movimiento, responde perfectamente al género fantasía: un discurso libre del instrumento solista que, a pesar de estar construido sobre un tema inicial, presenta diferentes motivos a modo de improvisación.

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18,15 € impuestos inc.

Edición: Digital

    Época s. XX
    Instrumentos vla. solo-1111-1220-timp.-str.
    Páginas 105
    Duración 25 min.
    Contenido partitura + parte viola
    ISMN 979-0-3502-0686-3
    Observaciones Las partes de orquesta están disponibles en régimen de alquiler. Contacte con el editor.
    Precio edición impresa 31,20€
    Edición Digital

    La Fantasia Concertante para viola y orquesta de Francisco Fleta Polo es una de las obres más queridas por su autor. No solamente la protagoniza su instrumento predilecto —la viola— sino que está dedicada a su hija Isabel. La obra se dio a conocer en la versión original para viola y banda que se estrenó en el año 1984 en Barcelona con el solista Aurelio Vila, y en el año 1992 con el joven viola Francesc Gaya.
    La versión para orquesta ha exigido del autor una adaptación en profundidad para adecuar la forma idiomática a los instrumentos requeridos. Entre las adaptaciones practicadas destaca el tratamiento de la sección de cuerda: el primer atril de cada sección actúa com solista, con divisiones a dos voces, mientras el resto de la cuerda hace la función de ripieno, también con los divisi correspondientes. Así, a menudo la cuerda se presenta a 20 voces distintas, como se da en la introducción de la obra. El resto de la orquesta aunque no es muy numerosa, es suficiente para permitir los juegos tímbricos que caracterizan el lenguaje orquestal del autor. La libertad en el lenguaje de Fleta está presente desde los primeros compases: es difícil analizar tonalmente su música y sorprende la naturalidad con que ésta se desarrolla. Fragmentos melódicos contrastan con fragmentos de carácter rítmico y con guiños de buen humor por el tratamiento de los diferentes instrumentos, especialmente los de percusión.
    La obra, presentada en un único movimiento, responde perfectamente al género fantasía: un discurso libre del instrumento solista que, a pesar de estar construido sobre un tema inicial, presenta diferentes motivos a modo de improvisación. Comienza con una introducción en un tempo indicado como Religioso solenne con la intervención de toda la orquesta. La viola solista aparece bajo un Allegro y con el registro más grave del instrumento. La dinámica de la obra nos lleva hacia un fragmento juguetón, Scherzando, que desemboca en una Fuga. Esta fuga al estilo clásico es de una belleza formal notable: no solamente presenta una estructura académicamente perfecta con el tema presentado por el fagot, primera entrada por el clarinete, segunda entrada por la viola solista i tercera entrada por la flauta, sino que las intervenciones orquestales refuerzan las diferentes secciones de la fuga con juegos tímbricos de gran belleza. La Fuga da paso a una nueva sección Scherzando que deja vía libre al instrumento solista para mostrar una cadencia lírica que aprovecha toda la extensión de su tesitura. La obra culmina con una intervención rítmica de la viola en dobles cuerdas acompañada por pocos instrumentos. Poco a poco la orquesta va aumentando en intensidad y en efectivos hasta su total protagonismo. Cuando la viola reaparece lo hace con el tema inicial que lleva al Religioso solenne, pero esta vez con la solista como protagonista. La obra concluye con un arpegio de la viola que culmina en un La sobreagudo en fortísimo que es contestado por la orquesta con un acorde que se pierde en la nada.


    David Puertas

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