Gallinària Ver más grande

Gallinària

DE400

Nuix, Jep Autor:
Nuix, Jep

Pieza virtuosa que explora las posibilidades sonoras del contrabajo; como un estudio con margen para la interpretación.

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5,45 € impuestos inc.

Edición: Digital

    Época s. XX
    Instrumentos contrabajo
    Páginas 8
    Duración 4 min
    Contenido partitura
    ISMN 979-0-3502-0492-0
    Precio edición impresa 9,36€
    Edición Digital

    A los compositores siempre les ha motivado conocer a buenos intérpretes ya que por un lado eso les estimula su creatividad y por el otro es garantía de buenas interpretaciones de sus obras. Jep Nuix tiene muchas obras dedicadas a instrumentistas concretos y es interesante la fascinación que siente un flautista como él por el contrabajo. Inmediatamente afloran cuatro nombres de contrabajistas que han sido motivo e intérpretes de las obras que comentamos: Daniel Machado, Enric Ponsa, Rafael Esteve y Corrado Canonici.

    Desde este punto de arranque parte una exhaustiva investigación de posibilidades sonoras en el contrabajo: simultaneidad pizzicato y arco, glissandos, armónicos, trémolos... todo probado y pactado con los intérpretes.

    Ahora bien todas estas consideraciones técnicas interpretativas no lastran la libre creatividad de Jep Nuix. Al contrario, cuanto más precisiones recibe de los instrumentistas, más libre se siente y, lo más importante, sabe cómo usar esas opciones a favor de su creatividad. Así, las obras se escuchan sin ningún tipo de corsé, sin que las largas charlas autorintérprete hayan provocado ningún tipo de desviación ni que haya ningún efecto entrado con calzador.

    Siempre amante de engarces algo rocambolescos y aparentemente superfluos, Gallinària recibe su nombre de la localidad ampurdanesa de Galliners donde Jep había pasado veladas musicales muy agradables.

    Conviene aclarar este punto para que tome sentido la evidente imitación del sonido de la gallina de los primeros compases. Se trata de una excusa para iniciar la composición, uno más de los múltiples guiños y juegos de palabras que chispean en su obra. Jep Nuix no tiene intención de evocar una gallina sino aquella localidad y los recuerdos que de allí tenía.

    La estructura es clara: el tema inicial que hemos comentado reaparece al final y es lo suficientemente evidente para dar sensación conclusiva. En el desarrollo hay distintos episodios: bruscos contrastes de matiz, bajadas cromáticas sobre un pedal que convierten el contrabajo en un instrumento polifónico..Es una pieza virtuosa, como un estudio, pero con suficiente margen para la interpretación. Dicho de manera sencilla: hay que hacer todas las notas y siguiendo las más que precisas indicaciones que hay escritas pero el intérprete puede moldear la pieza a su gusto.

     

    Frederic Sesé

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