Impromptu núm. 17

En la extensa producción de cámara de Francisco Fleta Polo hay diferentes obras tituladas Impromptu, Capricho o Fantasía y todas ellas responden a la misma motivación: obras escritas de arriba abajo, tal como salen, sin otra pretensión que la de dar salida a aquella necesidad que tiene el autor de hacer música para la combinación instrumental que tiene delante y, sobre todo, de dar satisfacción a los músicos a quien está dedicada.
La mayor parte de los más de veinte impromptus del catálogo de Fleta Polo están dedicados a instrumentos de cuerda. En este caso, los protagonistas del dúo son una viola y un contrabajo. Recordemos que el mismo Fleta ha sido un gran intérprete de viola y profesor de este instrumento en el Conservatorio Superior de Barcelona, así que no es necesario insistir en el hecho de que conoce bien los instrumentos para los que escribe.
La obra se estructura en dos movimientos: el primero, de carácter sereno, con grandes arpegiados que buscan las notas extremas de los instrumentos y el segundo, muy rítmico a modo de movimiento perpetuo. El tratamiento de ambos instrumentos es de igual a igual, no deja que ninguna adquiera el papel de solista. Sin ser una obra de virtuosismo, la exigencia es notable, especialmente en cuanto al trabajo de cámara.

David Puertas