La serpiente en forma de esfera inmóvil

«...una sierpe maravillosa de colores... y tenía muchas cosas que resplandecían como ojos... una visión esférica... y con muchas lágrimas…, recordar la música celeste...»*
...somos islas; hay mares que nos separan..., pero en estos mares hay poemas y músicas, unos para decir lo que sólo se puede decir con palabras y otras para que entren dentro de nosotros, aquellas cosas que sólo la música puede decir: un poeta japonés dice que alguien soñaba con una serpiente que se semejaba a una esfera, inmóvil en el espacio soñado...
ambos, el buscador, lleno de lágrimas, de lo que, trascendente, se le escapaba, niebla entre sus dedos y el poeta de lejano país que trata de comunicarnos sus sueños, quizá silenciosos, quizá sin músicas celestes, nos hablan de cosas semejantes y temerosas...: ¿quién podrá explicar lo que se oculta tras sus visiones?...todos sueñan y el músico sueña el sueño de aquellas imágenes de colores resplandecientes y oleajes que siempre nos separan y en ellas también sueña...

Josep Soler

* Ignacio de Loyola: Diario Espiritual, anotaciones entre 1544 y 1545